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Arqueólogos de la Universidad de Jaén hallan la momia de una dama egipcia de 3.800 años

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Jaén [1], capitaneado por Alejandro Jiménez, ha descubierto una momia de 3.800 años. Se trata de Sattjeni, una dama de la dinastía XII del Imperio Medio y «la depositaria de la sangre dinástica» según palabras del investigador.

El hallazgo, que ha tenido lugar en la ciudad egipcia de Asuán, ha sido calificado de «histórico» por el Ministerio de Antigüedades de Egipto. La momia fue hallada dentro de dos sarcófagos de madera en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en el Valle de los Nobles, donde trabaja el equipo de arqueólogos desde 2008. Sattjeni fue madre de Heqaib III y Amaney-Seneb, los dos principales gobernadores de Elefantina entre 1810 y 1790 a.C. La familia estaba justo por debajo de la del faraón Amenemhat III en la jerarquía de Asuán.

Alejandro Jiménez, investigador de la Universidad de Jaén, cuenta con el honor de ser el primer andaluz que ha dirigido una excavación en Egipto. Entre sus logros más importantes se encuentra la apertura de una cámara intacta de más de 4.000 años de antigüedad.

Entre los hallazgos del equipo de la UJA también se encuentra el de la momia de Heqaib III, el hijo mayor de ‘Lady Sattjen’ [2], como ya se conoce a la dama egipcia encontrada ahora. En la investigación ha participado también un equipo de expertos del Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada [3], liderado por el profesor Miguel Botella. Los profesionales de la UGR se encargan del análisis antropológico de los hallazgos en la excavación de los arqueólogos de Jaén. Miguel Botella es un referente mundial de la Antropología siendo, por ejemplo, quien resolvió el enigma de si los restos de Cristóbal Colon se encontraban en la Catedral de Sevilla confirmando su autenticidad.

La éxito colaboración de ambas universidades viene de lejos. El equipo multidisciplinar permitió hallar, por ejemplo, los restos de cáncer de mama más antiguo del que se tiene constancia. En los primeros meses de 2015 se encontró el esqueleto de una mujer de entre 30 y 40 años que murió afectada por esta enfermedad en torno al 2200 a.C. y cuyo cuerpo estuvo momificado.