Sí, nos han dado un premio. ¡Bien! La Consejería de Igualdad y Políticas Sociales ha decidido que figuremos entre los galardonados con los V Premios en el Ámbito de las Personas Mayores [1], concretamente en la categoría de ‘Medios de Comunicación’. ¿Por qué nos lo han dado? Por, según el jurado, la difusión de una buena imagen de las personas mayores y la promoción del envejecimiento activo y la calidad de vida en el colectivo.
Pero antes de ponernos a agradecer nada, queremos compartir nuestra alegría con el resto de galardonados. Con la Residencia María de la Paz [2], en Nerva (Huelva), de la Fundación Diagrama Intervención Psicosocial, por su reconocimiento como ‘Mejor Centro de Atención a Personas Mayores’; con los responsables del proyecto ‘Una Vejez Emocionalmente Inteligente’, del Ayuntamiento de Huétor-Tájar (Granada), como ‘Mejor proyecto de envejecimiento activo’; con Aurelia Montoro Castro, reconocida con el premio ‘Toda una vida’, por su labor en el ámbito asociativo y su implicación con el colectivo de personas mayores; y, por último, con Gregorio Sánchez, más conocido como ‘Chiquito de la Calzada’, que comparte premio con Aurelia.
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Es una suerte figurar entre los galardonados cuando lo haces junto a personas que se implican diariamente en sus proyectos y que demuestran que la tercera edad es un colectivo maravilloso con el que colaborar y, sobre todo, del que aprender. A todos ellos, enhorabuena. Nos vemos el próximo jueves día 1 de octubre en el acto de entrega de los galardones que se celebrará en Jaén.
Cuando te dan un premio, además de la alegría inicial, piensas en los motivos que hay para dártelos. Nosotros hemos pensado, como siempre, en esas historias de luz que contamos y que tantas satisfacciones nos dan. A la vista está. Nos acordamos de Fica, una mujer de Gador (Almería) que aprendió a leer, a escribir y a usar un ordenador para poder dar forma a sus memoria. Y que, además de eso, nos hizo reafirmarnos en que querer es poder.
Nos vienen también a la cabeza nombres como el de Francisco Contreras, más conocido como Súper Paco, [4] ese héroe particular que, a sus más de 70 años, convirtió una prescripción médica en un estilo de vida. Le recomendaron andar a diario para mantener a raya el colesterol y hoy recorre carreras tan duras como la Carrera de la Legión de Ronda. Todo un ejemplo. Como también lo es Enrique Veiga, un jubilado que, lejos de dedicarse a disfrutar su merecido descanso tras una larga trayectoria profesional, decidió aportar su conocimiento para mejorar el mundo: ha creado una máquina capaz de fabricar agua potable en el desierto [5].
También pensamos en Pilar Paz Pasamar [6], María Victoria Atencia [7] y Juana Castro [8], nombres propios de la cultura andaluza a través de la poesía. Y como estos, muchos otros nombres. Tenemos una larga lista de personas que han compartido su experiencia con nosotros en estos cuatro años.
Tenemos que destacar también las historias que, más que estar protagonizadas por personas mayores, van dirigidas a ellas. A mejorar su calidad de vida y a demostrar que no cuesta nada devolver a los mayores todo lo que nos han aportado. Científicos que trabajan día a día para frenar enfermedades que aparecen con más frecuencia de la que deberían como el alzhéimer [9] o el párkinson [10]. Hemos compartido, además, iniciativas para facilitar la vida de las personas para cuando ya no hay marcha atrás y tan desagradables nombres tienen que pronunciarse. Incluso cuando celebramos los I Premios Historias de Luz [11], Chapuza sin Fronteras, la iniciativa de unos voluntarios gaditanos para ayudar a mayores sin recursos con arreglos a domicilio, se llevó el galardón en la categoría de solidaridad.
Por todo esto tenemos que decir que sí, que nos hace mucha ilusión recibir este premio, pero, sobre todo, nos motivan las razones que lo hacen posible. Ser reconocidos por difundir una imagen positiva, con lo que eso nos gusta, de las personas mayores, es muy especial. Son cuatro años de compromiso y reconocimiento a las personas mayores por todo lo que ya han hecho posible y por lo que aún tienen que ofrecer. Porque pensar en tercera edad no implica olvidar la palabra futuro. En resumen, esperamos poder seguir contando historias tan bonitas. Eso, y que estamos muy contentos, para qué negarlo.