Lo que para una mamá y su bebé es normal, para parte de la sociedad no lo es tanto. Hablamos de la lactancia materna, una práctica que aún no está aceptada en diferentes ámbitos de la sociedad. Para reivindicarla, un grupo de madres se ha puesto delante del objetivo de Anabel, la mitad de Javier dePablo Fotógrafos, para protagonizar varias fotografías amamantando a sus hijos en las calles de Sevilla.

Esperando el autobús, en la terraza de un bar, dando un paseo, parando un taxi, sacando dinero de un cajero automático… Situaciones cotidianas que reflejan la normalidad que supone la lactancia. La idea de Anabel dePablo, fotógrafa y también madre, pretende demostrar que amamantar es un acto natural y necesario. También precioso. Asimismo pretende derribar prejuicios que, a veces, hacen que las madres se sientan cuestionadas como la edad hasta la que se debe mantener la lactancia, si es compatible con otro embarazo o no… Lo importante, dice, es que tanto la madre como el pequeño se sientan cómodos y disfruten de ello.

A Anabel se le ocurrió la idea y rápidamente se la propuso a las madres que forman parte del grupo de maternidad que ella misma impulsó hace más de dos años en la localidad sevillana de Espartinas. Más de 50 mamás que comparten consejos y experiencias y que ya han fraguado una amistad. Ese grupo inicial también fue la semilla de Creciendo Juntos. Asociación para una Crianza Consciente, agrupación de madres en la misma localidad sevillana.

Desde el pasado día 4 y hasta el próximo 10 de octubre en Europa se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una cita promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF que en el resto del mundo se celebra del 1 al 7 de agosto. La semana está destinada a fomentar la lactancia materna por ser el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita y por los beneficios que tiene para la salud de los bebés. La OMS recomienda la lactancia como modo exclusivo de alimentación durante los 6 primeros meses y, a partir de entonces, combinarla con otros alimentos hasta los dos años como mínimo.