Jesús Moral, un chef revelación que defiende la cocina tradicional

El jiennense Jesús Moral, de Bailén, ha sido reconocido como el cocinero revelación 2017 en el congreso gastronómico Madrid Fusión. Es el más joven en incorporarse a un palmarés en el que aparecen chefs como David Muñoz o Diego Gallegos. Su apuesta gastronómica pasa por innovar en recetas tradicionales de Jaén que aprendió de su madre y que ha renovado tras su aprendizaje en la Escuela de Hostelería La Laguna y su experiencia en los fogones con cocineros como Nacho Manzano, con dos estrellas Michelín.

Frank Gómez, fusión gastronómica formada en las mejores cocinas

Frank Gómez es un joven chef de Almería, nacido en Adra en 1987. En su niñez el pan de calatrava de su abuela despertó su pasión por la cocina. Algo que también heredó de su madre, quien se dedica a la restauración. De pequeño se saltaba las clases para irse al trabajo de su madre donde esta como castigo lo ponía a trabajar en la cocina. Ahí se terminó de fraguar su amor por la gastronomía y los fogones. Tras su paso por la escuela del Hotel Reina Cristina de Algeciras, donde fue el primero de su promoción en gestión y dirección de cocina, pasó por las manos de algunos de los chefs más importantes de España como Santi Santamaría. Con sólo 21 años ya era chef de un hotel Hilton y de ahí saltó hasta las cocinas del Fútbol Club Barcelona, donde durante dos temporadas dio de comer a sus estrellas. Hoy en día su sueño es crear su propio restaurante fusionando cocina mediterránea y asiática y ser embajador de la gastronomía almeriense.

Miguel Ángel Torres, un maestro alfarero moldeado desde la infancia

El cordobés Miguel Ángel Torres tuvo claro desde pequeño que sería alfarero ceramista. Hoy, con más de medio siglo de vida, posee la Carta de Maestro Artesano que otorga la Junta de Andalucía. Fue en 2014 cuando recibió tal reconocimiento. En su taller de artesanía en La Rambla, provincia de Córdoba, trabaja con barro y con gres de alta temperatura. Totalmente autodidacta, se ha consolidado como empresario del sector. Desde 1999 dirige su propia empresa y en la actualidad intenta transmitir sus conocimientos a nuevas generaciones para que el oficio no desaparezca. Todas sus creaciones son totalmente artesanas, desde las piezas hasta el esmalte con el que las decora.

José Miguel García, un maestro alfarero con sello distintivo

La localidad almeriense de Sorbas ha sido a lo largo de su historia cuna de alfareros. En el siglo XI se conocía como ‘olla de barro’ debido a la calidad del barro de la zona para hacer piezas de menaje aptas para el fuego. En este entorno es en el que creció José Miguel García, cuarta generación de una familia de alfareros cuyos orígenes se remontan al año 1600. José Miguel trabaja el barro tal y como le enseñaron su padre y su tío: con la misma delicadeza y técnica de antaño. Labor que le ha sido reconocida con la Carta de Maestro Artesano de Andalucía en el año 2016. Las piezas de este alfarero se caracterizan por estar decoradas con pincelada suelta. Pese a ir adaptándose a la demanda de sus clientes, que cada vez quieren objetos más utilitarios, José Miguel sigue creando como su sello de distinción el típico gallo de Sorbas y el ‘ajuarico’, una pieza que reúne todos  los objetos del ajuar en miniatura y que en Sorbas, por tradición, se ha regalado a las novias el día de su boda.