Treinta y ocho alumnas de ESO y Bachillerato procedentes de diferentes lugares de España participan en la cuarta edición del «Campus tecnológico para chicas» que organiza la Universidad de Granada. Su finalidad es que las estudiantes se acerquen a las tecnologías de la información y de la comunicación, creando proyectos en equipo relacionados con los videojuegos y la animación digital, aunando creatividad y tecnología.
En las clases contarán con el apoyo de cuatro monitoras, estudiantes y graduadas en Informática y Telecomunicación, que las guiarán en el uso de la tecnología y tratarán de despertar en ellas la vocación de estudiar titulaciones universitarias relacionadas con las TIC que, aunque tienen una demanda que crece sin cesar, el número de alumnas matriculadas se estanca en cifras muy bajas. Como parte de la programación, el jueves 6 de julio tendrá lugar un «clinic» en el que podrán participar todas las chicas mayores de 14 años que lo deseen.
El Campus se desarrollará a lo largo de dos semanas en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Informática y de Telecomunicación. Culminará el día 14 de julio con la presentación de los proyectos realizados y la entrega de diplomas. Se podrá seguir en Twitter e Instagram con el hashtag #sereingeniera17.
El 8 de abril se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano con el objetivo de reconocer la historia, la lengua y la cultura del pueblo gitano, haciendo una llamada de atención sobre la discriminación que aún sufre este colectivo. La fecha recuerda el Primer Congreso Mundial romaní/gitano celebrado en Londres el 8 de abril de 1971 en el que se instituyó la bandera y el himno de este pueblo. Desde hace unos años, esta fecha está adquiriendo gran notoriedad, sirviendo de ocasión para distintas celebraciones y comunicaciones por parte de instituciones nacionales e internacionales.
La comunidad gitana en España está formada por 750.000 personas y sigue siendo uno de los colectivos con mayor riesgo de exclusión social. Según la Fundación Secretariado Gitano, el 36% de estas personas se encuentra desempleada. Afortunadamente cada vez son más las iniciativas que contribuyen a la integración socialy laboral de personas de etnia gitana, especialmente mujeres.
Una de ellas es la llevada a cabo por el Centro de Investigación TNT-Atalaya, en Sevilla. En 2009, y bajo la dirección de Pepa Gamboa, estrenaba una versión de ‘La Casa de Bernarda Alba’, de Federico García Lorca, interpretada por nueve mujeres gitanas del asentamiento de El Vacie, uno de los más antiguos de Europa. Las actrices, que no sabían leer ni escribir, aprendieron sus papeles a base de improvisación. El montaje giró durante tres años convirtiéndose en el principal referente del teatro comunitario en nuestro país y uno de los máximos exponentes europeos. El año pasado, la compañía situada en el barrio de Pino Montano repetía elenco, esta vez con una adaptación de ‘Fuente Ovejuna‘ demostrando que “otro teatro es posible”.
Por su parte, la Fundación Secretariado Gitano en Andalucía también trabaja en diferentes áreas para promover la inclusión social y laboral de la comunidad gitana. Un centenar de mujeres de Sevilla, Málaga, Huelva y Jerez se han beneficiado del programa de alfabetización digital puesto en marcha por la institución con el objetivo de cambiar la realidad de las cifras de desempleo entre el sector femenino de esta etnia que alcanza el 70%. Hacer un curiculum vitae o aprender a realizar gestiones burocráticas por internet son algunos de los temas que han tratado en este curso.
Otro ejemplo de integración laboral y motivación personal es el de Pastora Filigrana, licenciada en Derecho y una de las pocas mujeres de su comunidad que ha conseguido acceder a estudios universitarios. La discriminación que sufre este colectivo la ha llevado a especializarse en la defensa de los Derechos Humanos. El nombre de su bufete es Jarsia, ‘Justicia’ en caló. Desde la Federación Andaluza de Mujeres Gitanas y Universitarias advierten que, aunque todos los niños gitanos están escolarizados, aún queda mucho por hacer ya que el 90% de las niñas gitanas no termina sus estudios.
El documental ‘Madres Invisibles’, del gaditano Lorenzo Benítez, se estrenará el próximo 28 de abril dentro de la 13ª edición de DocumentaMadrid, festival de documentales de Madrid en el que además opta al Premio al Mejor Largometraje Documental Español. Igualmente, el documental también estrenará en Marruecos con una presentación el 20 de mayo en el Cinéma RIF de Marruecos.
‘Madres Invisibles’ retrata la situación de las madres solteras en Marruecos, país en el que el sexo fuera del matrimonio es delito. El miedo y el rechazo social lleva a estas mujeres a huir de sus ciudades e incluso se las presiona para que abandonen a sus hijos. Un retrato de la realidad social y el machismo existente en Marruecos a través de, por ejemplo, Hafida, madre soltera en Tánger que huyó de casa al quedarse embarazada. Años después se ha convertido en educadora de salud reproductiva y sexual y vuelve a su ciudad, El Jadida, con su hijo; sin embargo, los hombres de la familia rechazan su maternidad y la ley señala a las madres solteras y considera a sus hijos como bastardos. Este es el tráiler de la cinta.
La sevillana Fundación Ana Bella está de enhorabuena. Su proyecto ‘Escuela Ana Bella para el Empoderamiento de la Mujer’ ha ganado el primer premio del concurso europeo ‘Social & Business Co-creation’, que reconoce a las mejores iniciativas europeas de colaboración entre entidades del tercer sector y empresas. A esto se suma también el premio que otorga el público en un concurso en el que han participado 338 proyectos de 34 países.
La Fundación Ana Bella colabora con Danone y Momentum Task Force (MTF) a través de la Escuela Ana Bella para facilitar la integración social de mujeres supervivientes de violencia de género. Sus proyectos son varios: coaching individual, talleres de empoderamiento, formación profesional y una oportunidad laboral. Desde sus inicios en 2011, la Escuela ha ayudado a más de 150 mujeres desde un paradigma diferente: la contratación basada en valores personales como supervivientes en lugar de discriminación positiva como víctimas del maltrato.
