Juan Carlos Moreno y Antonio García no dejaron que la crisis les amilanara. En mitad de la tormenta iniciaron su proyecto. La empresa malagueña Acristalia comenzó como un taller de cerramientos de cristales en 2007. En poco tiempo se les sumó Ricardo García, el hermano de Antonio. A día de hoy factura alrededor de 3 millones de euros. Fabrican para profesionales a los que facilitan el kit completo para instalar. Exportan entre el 15% y el 20% de su producción y siguen creciendo. Para exportar les resulta más fácil enviar todas las piezas y formar a sus distribuidores. Así, en cada país que tocan se garantizan una buena atención al cliente. Dicen que su secreto es muy sencillo: trabajar duro todos los días.
