San Juan de Gaztelugatxe (País Vasco). «Este islote está unido a tierra por una escalinata de más de 230 escalones que conducen a una pequeña ermita. La leyenda cuenta que el propio san Juan Bautista llegó a esta isla de Bermeo y tocó sus rocas, dejando sus huellas en distintos puntos del recorrido. Los barcos también realizan un pequeño ritual de giros para hacer su peculiar saludo y los visitantes tocan tres veces la campana de la ermita para ahuyentar a los malos espíritus».