Tomiko Tanaka trabajaba para una gran multinacional en Tokio. Esta japonesa, licenciada en marketing, tenía entonces una prometedora carrera como comercial en su país. Sin embargo, víctima de un estrés acuciante, decidió apostar por cambiar radicalmente de vida. Su destino, Sevilla. Llegó para aprender español, pero pronto encontró en Andalucía su gran pasión: el aceite de oliva. Hoy es una experta catadora de este producto. Como consultora comercial, asesora a empresas andaluzas que quieren introducirse en el mercado nipón.