Pertenecer a un lugar u otro puede marcar nuestro destino y esto es lo que le ocurrió a Cristina Calvache. Su tierra natal, el pueblo almeriense de Alboloduy, es de marcada tradición vitivinícola y su familia ha estado ligada desde antaño a la elaboración de caldos. Una pasión heredada que le llevó a licenciarse en Enología y a poner sus conocimientos al servicio de la empresa familiar: La Bodega de Alboloduy. Con tan solo 25 años ya contaba con su propia colección de vinos, premiada en numerosos concursos entre ellos la Vinalies de París, el más importante del mundo. El vino más destacado de esta bodega es el blanco elaborado con la variedad autóctona Jaén blanca, cultivada de forma ecológica a más de 1.000 metros de altura.