Este malagueño no tenía muy claro a qué se quería dedicar hasta que vio la película Billy Elliot. Desde entonces Ciro Tamayo empezó a formase en la danza, primero en Málaga y después en Madrid, hasta graduarse en la Royal Ballet School de Londres en 2011. Ese mismo año fichó por el Ballet Nacional de Uruguay, del que en 2014 se convierte en bailarín principal.
«Hay una Andalucía que muy poca gente se ha tomado la molestia de conocer: la Andalucía literaria», dice Pablo Carbonell. El cantante y también humorista dice que en Andalucía «tenemos muchos grandísimos escritores. Podemos hablar de Antonio Machado, pasamos por Lorca y ahora tenemos a Felipe Benítez Reyes». Carbonell se refiere al escritor, gaditano como él, como «un absoluto genio de la prosa y del verso» y lo pone de ejemplo de la «riqueza en el idioma» de los andaluces.
Estudió Historia del Arte, pero ahora reproduce manuscritos y diseña nuevas miniaturas con las mismas técnicas y materiales que usaban los maestros iluminadores de la Edad Media. El jiennense Francisco Gutiérrez, residente en Málaga, es el único iluminador español titulado en Francia, en el Instituto Superior Europeo de Iluminación y Manuscritos, único centro de esta materia en Europa.
La cordobesa Blanca del Rey fue una bailaora precoz. A 6 años empezó a demostrar que el don de artista lo lleva en la sangre y fue entonces cuando comenzó una trayectoria que le llevaría por todo el mundo. A los 14 debutó en un tablao de flamenco de Madrid y consiguió hacerse hueco en el mundo del flamenco. En el Corral de la Morería, uno de los templos sagrados del flamenco, fue donde se consagró, llegando a ser considerada por los entendidos como la mejor bailaora del momento en 1984. A lo largo de su trayectoria Blanca del Rey ha recibido multitud de distinciones, siendo para ella una de las más importantes la Medalla de Oro a las Bellas Artes. Su Córdoba natal siempre ha sido la inspiración de su arte. Hoy en día está retirada del baile, pero no desvinculada del flamenco, ya que ejerce como coreógrafa en la actualidad.
La sevillana Ana Moya consiguió hacerse un hueco entre la élite del baile cuando en 2006 se convirtió en bailarina del Ballet Nacional de España. Ana comenzó bailar con sólo 5 años. Niña prodigio, con 12 contaba ya con su diploma como profesora de Danza, por la Escuela de Arte Dramático y Danza de Sevilla. Ana Moya ha formado parte de la Compañía Andaluza de Danza. Ahora, imparte clases como profesora en el Conservatorio de Danza de Sevilla.
Dibujar era lo que le gustaba, y sus dibujos han acabado dando vida a numerosos personajes en el cine de animación. El granadino Óscar Jiménez trabajó durante años como director de arte en Kandor Graphics, participando en películas como ‘El lince perdido’, ganadora del Goya en 2008, y ‘Justin y la espada del valor’, y en el cortometraje ‘La dama y la muerte’, nominado a los Óscar. El último largometraje en el que ha participado es ‘Ozzy’, estrenado en 2016.
