‘Mi Carmen flamenca’ fue su primer espectáculo de producción propia, y con él han dado la vuelta al mundo. La compañía del sevillano Antonio Adrade y la malagueña Úrsula Moreno es 100% andaluza, y está compuesta por más de 20 personas. En junio de 2017 estrenan en el Teatro Cánovas de Málaga su segunda producción propia, ‘Torera’.
La malagueña Rocío Molina (1984) sabe lo que es triunfar en Japón, Francia, México, Taiwán, Reino Unido… Sube a esos escenarios para exponer sus dudas, sus ilusiones y sus inquietudes. Cada espectáculo es un girón de piel, un capítulo biográfico. Es su verdad. Por eso no siente miedo al unir en sus obras la esencia flamenca con la danza de vanguardia. Y así, haciendo camino, aquella niña que empezó a bailar a los tres años y que ya dibujaba sus propias coreografías a los siete, recibió en 2010 el Premio Nacional de Danza, a los 26. ‘Caída del cielo’ es su última obra.
La cordobesa Blanca del Rey fue una bailaora precoz. A 6 años empezó a demostrar que el don de artista lo lleva en la sangre y fue entonces cuando comenzó una trayectoria que le llevaría por todo el mundo. A los 14 debutó en un tablao de flamenco de Madrid y consiguió hacerse hueco en el mundo del flamenco. En el Corral de la Morería, uno de los templos sagrados del flamenco, fue donde se consagró, llegando a ser considerada por los entendidos como la mejor bailaora del momento en 1984. A lo largo de su trayectoria Blanca del Rey ha recibido multitud de distinciones, siendo para ella una de las más importantes la Medalla de Oro a las Bellas Artes. Su Córdoba natal siempre ha sido la inspiración de su arte. Hoy en día está retirada del baile, pero no desvinculada del flamenco, ya que ejerce como coreógrafa en la actualidad.
La sevillana Ana Moya consiguió hacerse un hueco entre la élite del baile cuando en 2006 se convirtió en bailarina del Ballet Nacional de España. Ana comenzó bailar con sólo 5 años. Niña prodigio, con 12 contaba ya con su diploma como profesora de Danza, por la Escuela de Arte Dramático y Danza de Sevilla. Ana Moya ha formado parte de la Compañía Andaluza de Danza. Ahora, imparte clases como profesora en el Conservatorio de Danza de Sevilla.
La bailaora Rafaela Carrasco considera una suerte poder difundir “lo que tenemos en casa. Esta cultura, este flamenco, esta música que es reconocida en el mundo entero”. También considera que Andalucía tiene “energía, una forma maravillosa de expresarse y de contar las cosas”. Por último, la directora del Ballet Flamenco de Andalucía asegura que esta tierra tiene el “reconocimiento de la cultura y que en todo el mundo quieren disfrutar de nuestra Andalucía y de lo que podemos ofrecer”.
