Se trata de una técnica tan innovadora como ecológica. El Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía la ha probado experimentalmente con éxito en la producción de la fresa en Huelva. La biosolarización permite desinfectar la tierra de cultivo utilizando abono natural, agua y un plástico que durante cuatro semanas cubre el suelo herméticamente. Los gases que emite el estiércol y las altas temperaturas eliminan hongos y malas hierbas mientras el abono enriquece la tierra.