Soniquete App es la creación de Jerónimo Utrilla, es un profesor de música sevillano que ha visto en la tecnología una oportunidad para guitarristas flamencos y bailaores. Esta aplicación para dispositivos móviles suple en ensayos la función del palmero. El usuario puede programar compases, velocidad, subidas y remates según la pieza o coreografía que esté trabajando en ese momento sin la necesidad de contar presencialmente con un palmero.
La malagueña Rocío Molina (1984) sabe lo que es triunfar en Japón, Francia, México, Taiwán, Reino Unido… Sube a esos escenarios para exponer sus dudas, sus ilusiones y sus inquietudes. Cada espectáculo es un girón de piel, un capítulo biográfico. Es su verdad. Por eso no siente miedo al unir en sus obras la esencia flamenca con la danza de vanguardia. Y así, haciendo camino, aquella niña que empezó a bailar a los tres años y que ya dibujaba sus propias coreografías a los siete, recibió en 2010 el Premio Nacional de Danza, a los 26. ‘Caída del cielo’ es su última obra.
La firma sevillana Roberto Garrudo nació en 1970 centrada en la producción de artículos de guarnicionería y es, aún hoy, un gran referente para los amantes locales de la cultura del caballo. Tras la muerte del fundador, su hija, Margarita Garrudo, ha puesto en marcha una nueva línea de negocio que une tradición y diseño vanguardista y con ella la compañía está abriéndose paso con éxito en el mercado internacional: zapatos para bailaoras de flamenco. Entre sus creaciones destaca la colección que rinde homenaje a la gran maestra Matilde Coral. A través del comercio electrónico, sus productos viajan a gran parte de los países de la Unión Europea, Estados Unidos y América Latina.
El onubense Rafael Estévez es un bailarín y coreógrafo que ha conocido el éxito junto a grandes nombres del baile flamenco, primero, como Joaquín Cortés y Antonio Canales y luego con su propia compañía. Desde septiembre de 2016 es el director artístico del Ballet Flamenco de Andalucía. Sin embargo, tres años antes, una extraña enfermedad estuvo a punto de acabar con su vida. Era el octavo caso de una patología que le llevó a pasar seis veces por el quirófano. Estévez consiguió salir adelante contra pronóstico y hoy habla sin tapujos de aquella experiencia y del modo en que le marcado personal y profesionalmente. “Miedo al fracaso, no”, dice Rafael. Y añade: “Miedo ya ni a la muerte”.
Este jerezano se formó como guitarrista flamenco y se dedicaba a tocar de forma semiprofesional. Fue la curiosidad y el deseo de tocar un instrumento construido por él mismo lo que un día le llevó a abrir una guitarra para ver lo que había dentro. David Peña lo tuvo claro desde ese momento: lo dejó todo para convertirse en lutier. Tras unos comienzos difíciles, hoy puede presumir de que los grandes guitarristas flamencos de Jerez tienen instrumentos construidos por él: Antonio Rey, Manuel Parrilla, Diego del Morao… Incluso el propio Alejandro Sanz toca una de sus guitarras.
La cordobesa Blanca del Rey fue una bailaora precoz. A 6 años empezó a demostrar que el don de artista lo lleva en la sangre y fue entonces cuando comenzó una trayectoria que le llevaría por todo el mundo. A los 14 debutó en un tablao de flamenco de Madrid y consiguió hacerse hueco en el mundo del flamenco. En el Corral de la Morería, uno de los templos sagrados del flamenco, fue donde se consagró, llegando a ser considerada por los entendidos como la mejor bailaora del momento en 1984. A lo largo de su trayectoria Blanca del Rey ha recibido multitud de distinciones, siendo para ella una de las más importantes la Medalla de Oro a las Bellas Artes. Su Córdoba natal siempre ha sido la inspiración de su arte. Hoy en día está retirada del baile, pero no desvinculada del flamenco, ya que ejerce como coreógrafa en la actualidad.
