La madre de Daniel López, ingeniero licenciado en la Escuela de Ingenieros de Sevilla, quería que su hijo estudiara unas oposiciones y llevara una vida tranquila en España. Pero Daniel, al terminar la carrera, se fue a trabajar a Silicon Valley. Allí descubrió que el futuro estaba en la nube. En 2005 volvió a España y creó Bitnami, una exitosa empresa internacional, con sede a caballo entre Sevilla y San Francisco, que presta sus servicios a grandes compañías como Amazon, Google y Microsoft.
Palabras que se construyen con las manos y que rompen las barreras con las que cada día se topan más de un millón de personas sordas en España. Esa es la lengua de signos con la que la red de innovación social Guadalinfo, en colaboración con la asociación granadina Lapislázuli, trata de romper también la brecha digital que afecta a este colectivo con clases de informática básica adaptadas a sus necesidades y que se imparten con una excelente acogida en su centro del barrio del Albayzín de Granada.
El equipo del grupo de investigación de Sistemas Inteligentes de Acceso a la Información (SINAI) de la Universidad de Jaén trabaja en el desarrollo de una herramienta para medir, en tiempo real, las opiniones que se vierten en redes sociales sobre cualquier cuestión. Es uno de los primeros medidores en lengua española e intenta incorporar en sus análisis toda la complejidad del idioma, incluyendo aspectos como la ironía o el sarcasmo.
Un equipo de matemáticos de la Universidad de Málaga ha creado un sistema informático que simula cómo se comportará un tsunami. Con unas ecuaciones y la informática para resolverlas, en apenas tres minutos pueden determinar cómo se propagará el tsunami, con qué velocidad, qué zonas se verán afectadas y cuándo llegará la ola.
Óscar Cordón es catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada. A sus 43 años lleva media vida dedicada a la investigación en este campo. Es Premio Nacional de Informática. Algunas de sus investigaciones y aplicaciones están relacionadas con la identificación forense y más recientemente con el marketing. Después de una estancia larga en el European Centre for Soft Computing, un centro de investigación internacional ubicado en Asturias, sigue colaborando con ellos.
Sergio Pozo comenzó a jugar con ordenadores a los 8 años y a los 11 ya programaba por aburrimiento. Estudió Ingeniería Informática en la Universidad de Sevilla y durante su etapa como investigador universitario fundó la startup Intelliment Security junto a Eduardo Fernández. Ofrecen un sistema de seguridad informática que permite mantener a salvo a las empresas. Lo hace de manera sencilla y rápida, con un ahorro de recursos humanos y económicos y con un margen de error más reducido. Características que le han servido para tener reconocimiento nacional e internacional como el Premio Cisco Entrepeneur o su elección como una de las 8 mejores startups de 2015, de entre 2.000 candidatas, por la Seedcamp de Londres, una aceleradora de negocios.
