Trajesamedida.com es el proyecto de cuatro jóvenes emprendedores que llevan el comercio electrónico al sector de la sastrería. El cliente elige estampados, tejidos y diseños a través de la web. Recibe, si lo desea, asesoramiento estilístico y se toma las medidas. Semanas después, recibe su prenda en casa. Estos empresarios han enviado trajes a medida ya a México, Brasil y Reino Unido entre otros países.
De materiales que no se suelen reciclar, como las lonas publicitarias, los airbags y los cinturones de seguridad de los coches, dos jóvenes emprendedores granadinos han creado Bulbbite, su propia marca de bolsos y carteras. Artículos que venden por internet y que contribuyen al medio ambiente.
«Eterna, luz, color… Andalucía tiene todos los puntos adecuados para hacer feliz y ser feliz», dice Juana Martín, que añade que «Andalucía es moda y tradición, es bella y quizás sea el punto importante en mi carrera». La diseñadora cordobesa termina asegurando que «sin Andalucía no sería quien soy, me lo da todo» a la vez que destaca que es la gente la que hace que Andalucía sea especial.
Dos jóvenes están detrás de Chicfy, el mercadillo virtual de moda de segunda mano más grande de España. A través de una app, el medio millón de mujeres que la utiliza actualmente puede vender la ropa que ya no usa. Este proyecto que nació en Granada y que ahora tiene su sede en Málaga procesa una venta cada diez segundos.
Nandi Gil, sevillana, creó la firma Superchería en el año 2000. Venía del sector de la decoración y buscaba algo que le resultara divertido. Y lo encontró: complementos de mujer que produce artesanalmente en su taller de estilo desenfadado y llenos de color. Sin embargo, por entonces no podía imaginar que 15 años después vendería sus creaciones por toda Europa, Rusia, Estados Unidos y Japón.
Mario es el gerente de Tomar Artesanía, una empresa dedicada a la confección de trajes cortos y de complementos para el aficionado al caballo. La compañía, con fábrica en Sevilla, comenzó su andadura hace 38 años, cuando el padre de Mario, vendedor de ropa de caballero, comenzó a cortar estos trajes tradicionales por las noches. Casi cuatro décadas después, exportan parte de su producción a Francia, Bélgica, Alemania y, en breve, también a China.
