Miriam y Amélie son dos emprendedoras gaditanas que creen firmemente que una imagen vale más que mil palabras o por lo menos a la hora de tratar con niños autistas. Tras el diagnóstico a su primo José, se lanzaron a la aventura de crear contenidos basados en pictogramas. Así surgió Aprendices Visuales, una pequeña ONG con una gran misión, que los niños con autismo tengan a su alcance las herramientas necesarias para desarrollar al máximo su potencial. Sus cuentos ya se utilizan en más de 20 países.