El Grupo de Investigación Física de Radiaciones y Medio Ambiente de la Universidad de Huelva lleva décadas buscando soluciones para los residuos de la industria química, especialmente fosfoyesos, lodos inatacados y yeso rojo. Proponen su uso como materia prima en la producción de cementos, materiales cerámicos, hormigón, etc. Sus estudios revelan que los residuos químicos, integrados en esos materiales, son inocuos para la naturaleza y la salud de los usuarios.
El Centro Tecnológico del Plástico Andaltec, con sede en la localidad jiennense de Martos, y la Universidad de Jaén han desarrollado un bioplástico que incorpora fibra procedente de la poda del olivar. Este material tiene más resistencia y resulta más barato porque incorpora un residuo vegetal que actualmente se quema. Su parecido con la madera y la posibilidad de transformarlo lo hace útil para múltiples aplicaciones desde el embalaje a la fabricación de utensilios, pasando por la agricultura.
Manuel Ramírez y Víctor Marchena, dos emprendedores sevillanos, han creado Star-Bac Technology. Usan una mezcla de bacterias que depositan en las redes de alcantarillado público para descomponer la materia orgánica y reducir drásticamente su fuerza contaminante. La transforman, básicamente, en oxígeno. Han implantado el sistema de forma experimental en varias localidades, aseguran, con un sorprendente éxito.
Investigadores del Departamento de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Cádiz han desarrollado un dispositivo que permite desinfectar agua eliminando las bacterias a través de los rayos del sol. Tiene un coste de dos euros por unidad, su eficacia se mantiene hasta seis meses y está pensado para zonas empobrecidas y situaciones de emergencia. En el mundo mueren cada día 6.000 personas por la dificultad para consumir agua potable. Desde la Universidad de Cádiz, proponen esta herramienta para combatir uno de los mayores problemas de la Humanidad.
Iván Peralta es el gerente de Renean, la mayor planta de reciclaje de neumáticos de España y la segunda de Europa. Nació con el objetivo de dar una respuesta a un problema social y para el medio ambiente. En la actualidad, su planta de Espelúy, en Jaén, procesa 14 millones de neumáticos al año y recicla el 100 % del material, lo que los convierte en un referente internacional en la recuperación del caucho, la fibra y el acero. Con su polvo de caucho están construidos los campos de césped artificial de equipos como el Real Madrid, el Sevilla o el Villarreal. Además, sigue apostando por la innovación: ahora trabajan en el uso de ese material para la impresión 3D.
Investigadores del Grupo de Análisis Químico de la Universidad de Sevilla han desarrollado un método que combina membranas y electricidad para analizar parabenos en aguas superficiales. Estos compuestos, presentes en productos cosméticos y farmacéuticos, son considerados contaminantes emergentes por su posible actividad estrogénica. El sistema es barato y sostenible con el medio ambiente por la baja cantidad de disolvente necesaria.
